miércoles, 8 de febrero de 2012

El romance de la guita

No hace tanto tiempo, durante el período  de Bill Clinton en la presidencia de los Estados Unidos, como si fuera una nueva verdad revelada, se puso en boga aquella frase: "ES LA ECONOMÍA,ESTÚPIDO".
Taxativa y categórica, es preciso ensayar algunas precisiones sobre su verdadero significado, como por ejemplo definir que es la economía y quien es el estúpido para saber al menos si la frase tiene algún sustento en la realidad.
En cuanto a la economía, el primero de los términos que componen la frase,  debería  definirse como el modo de producir, administrar y distribuir los  recursos de una sociedad generados por el trabajo de sus miembros   en un marco de equidad y en beneficio de todos sin exclusiones.
Derrumbado el sistema soviético como consecuencia del surgimiento en su seno de "una nueva clase" burocrática, elitista y corrupta, muy bien definida por Milovan Djilas en su libro homónimo, los tiempos que corren dicen a las claras que la economía no responde a la definición enunciada ni da verdero sustento a  la tan remanida frase.
Veamos ahora el segundo término. comenzando con una pregunta: ¿quien es el estúpido? Hay en este interrogante una sola respuesta. Estúpido es aquel que no entendió que la ECONOMÍA implícita en la frase no se funda en el trabajo sino en la concentración del dinero en manos de aquellos pocos que toman ese símbolo de la riqueza producida por una nación y  lo transforman en papelitos que venden con ganancia una y otra vez, como si el dinero pudiera multiplicarse en siniestra  imitación del milagro cristiano de la multiplicación de los peces y los panes. De aquí en adelante vamos a llamar a las cosas por su verdadero nombre, vamos a bajar el dinero, tal como se lo usa hoy, a su nivel real, es decir al del instrumento
 para arrebatar  a las personas el fruto de su esfuerzo y convertirlo en el mecanismo espureo que  permite a las mafias financieras enriquecerse cada vez más, mientras sociedades enteras son llevadas a la ruina. Por eso, la frase "Es la economía,  estúpido" encierra mucho más  de lo que aparece en su escueta formulación:  el accionar de las mafias, la estafa sistemática, el despojo, la ruina y la humillación, entre otros.
Ninguna ficción resiste indefinidamente el embate de la realidad. Se puede ser pertinaz en la adhesión a lo que nos lastima (todavía hay una sorprendente cantidad de gente que cree en quien la engaño o que pasó entre las balas y como ninguna le pegó niega que haya habido un tiroteo), pero los estúpidos cada vez son menos y para aquellos que aún persisten en reverenciar a sus verdugos, los invitamos a seguir el ejemplo de quienes nunca se dejaron engañar o quienes salieron de su letargo.
Es verdad, ES LA GUITA, ESTÚPIDO. La que te roban  en medio de un desbarajuste en el que nada tuviste que ver, salvo deslomarte para generarla, esa que te quitaron, convirtieron en papelitos e hipotecas que no podrás pagar y vendieron una y otra vez; esa producida con el sudor de tu frente y cuyo verdero valor solo se corresponde con el de de tu trabajo.
Y para remate, descubierto el chanchullo, te dejan sin laburo, te quitan la casa que te vendieron con argumentos de humo y te arruinan la vida.